Hubo un día, donde mi Ser se partió en mil pedacitos… pedacitos que aún intento pegar entre lágrimas que no se si algún día vayan a terminar…y fuerzas para trabajar en pro de que ni una mujer más tenga que partir de la forma en que partiste tu mi querida Pauli…
¡Tengo un Sueño, un Propósito, una Misión!
Que el “NI UNA MENOS” sea una Realidad
QUE NUNCA MÁS UNA MUJER SEA ASESINADA POR UN HOMBRE
Ese 12 de junio, supe que eras la mujer número 22 del año 2017 que moría en manos del hombre que un día amo, luego supe que la cifra exacta era mucho mayor, eras la numero 37 del año 2017.
Por más que salimos miles de mujeres a las calles, a gritar ¡Ni una menos! ¡Basta!… No fue suficiente…
Durante el año 2017 se registraron 65 femicidios en Chile, aunque las estadísticas del SERNAMEG (Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género) diga que son menos. Se suma también a la lista un suicidio femicida… ¿Qué es eso?, es cuando una mujer se suicida porque es la única salida que encuentra a la vida de violencia que lleva.
Si la muerte marca un antes y un después en la vida, el asesinato lo es más y más aún cuando al asesino lo conoces y le has abierto las puertas de tu casa y de tu corazón.
Durante todo este tiempo…en donde han aflorado muchas emociones que claramente no hubiese querido vivir (además de ver y sentir a las personas que quedan, en un estado de adormecimiento profundo ya que el dolor es tan grande que para seguir viviendo no queda más que adormecerse). Vino a mí un profundo proceso de sanación que tiene que ver con:
¿Qué hay detrás de un femicida?
Y esto fue lo que encontré: En investigaciones con escaneo cerebral de asesinos realizado en California por el neurocientífico británico Adrian Rain, se encontró que, en un gran número de individuos muy violentos y homicidas, había una actividad reducida en el córtex prefrontal, área del cerebro que controla los impulsos emocionales, y una sobreactivación de la amígdala cerebral, que es la zona en donde se generan las emociones. Es decir, al parecer los asesinos tienen cerebros que los hacen más propensos a la ira, al enojo y a su vez tienen menos capacidad de controlarse.
¿Y por qué este cerebro funciona así?, los estudios de Raine sugieren que una de las razones puede ser el abuso y maltrato infantil, que puede generar daños físicos al cerebro ya que el córtex prefrontal es especialmente vulnerable. Sin embargo, no todos los que sufren una infancia terrible se convierten en asesinos.
Pues bien, la investigación cerebral encontró que a estos individuos les faltaba un mismo gen, que es el que produce una enzima llamada MAOA que regula los niveles de neurotransmisores involucrados en el control de los impulsos. Así se descubrió que, si alguien carece del gen MAOA o tiene una variante de baja actividad, está predispuesto a la violencia.
A esta variante se la conoce como el gen del guerrero. Aproximadamente un 30% de los hombres lo tienen, pero su activación depende fundamentalmente de lo que ocurra en la infancia.
¿Y qué he descubierto en la infancia de hombres agresivos y asesinos?
- Padres indolentes a las necesidades afectivas de un niño.
- Padres muy desconectados de sus emociones e imposibilitados de conectar con las emociones de sus hijos.
- Padres que en su estilo de crianza primaba el maltrato físico y psicológico.
- Hijos que presenciaron violencia entre sus padres, al punto que así conciben la vida.
En fin…detrás de un femicida…
Hay un niño
Un niño profundamente herido, ignorado y maltratado.
Unos padres que no supieron manejar sus propias emociones e impulsos.
Una escuela que enseñó a leer palabras, pero no a leer el lenguaje de las emociones.
Una sociedad que promueve el conocimiento, pero no así el autoconocimiento.
Un niño que creció llenándose de creencias acerca de que los hombres valen más que las mujeres.
Un mundo ignorante de quienes somos realmente los seres humanos.
¿Qué haces tú para educar niños y niñas, futuros hombres, futuras mujeres conscientes de sus emociones y capaces de manejar sus reacciones emocionales?
Cada uno (a) de nosotros (as) es un modelo a seguir… Aunque no seas padre o madre, siempre hay un niño o niña mirándote, aprendiendo de ti… Conociendo a través de ti la vida…y el cómo moverse en ella.
Te invito a que juntos acojamos la invitación de Ghandi
SEAMOS EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO
Educarse emocionalmente debiese ser tanto o más importante que educarse en otras áreas. De ello depende que cada año sean menos las mujeres asesinadas y maltratadas. Necesitamos niños y niñas que sepan autoregularse emocionalmente desde sus primeros años. Que aprendan a relacionarse consigo mismos y con los demás.
Gracias Pauli…
Besos al cielo…
¡¡¡Ni una Menos!!!
1 de Mayo de 2018.